jueves, 4 de agosto de 2011

Etapa 8 Heidelberg - Videoblog y Soneto

Amigos y amigas, chicos y chicas, ladys and horses, ladyboys and shemales, tigres, culebras y mapaches:

Estamos en Heidelberg... uno de los lugares más mejores del mundo mundial. ¿Por qué? Es un pueblecito la mar de mono, a lo Mijas pero a lo bestia, muy medieval, con mucho encanto y con... TODO. Música, conciertos, bares, ópera, cabaret, festival de teatro, festival de cine, salas de cine pequeñitas, la calle peatonal más grande de Europa (y probablemente del Universo), gente "der caraho", artesanía, cerveza de la buena a precio de risa, salchichas, grandes bolas de carne, filetes empanaos más grandes que mi cabeza, siete premios Nobel a gente de aquí, una universidad de aúpa (donde se preparan algunos de los mejores futuros cientificos del mundo)... etc... etc... etc...

Una sola pega: avispas. 

O abejas, la verdad, me da igual. Las odio... tanto.... Y están por todas partes. Si vas paseando por la calle tan tranquilo apenas les haces caso, pero cuando te sientas en una terraza de un bar... pfff. Miles de millones de billones tratando de hacer submarinismo en tu gran jarra de cerveza, saborear tu cocacola fresquita o alimentarse de lo que has pedido. No exagero. Millones. A mí que ya una me da miedo, imaginaos mis aspavientos, mis grititos mariquiten y mis ataques de nervios. 

Le preguntamos a una señora de una tienda muy cuca donde por cierto compramos regalos para todos... otra vez... y nos contestó:

-Ja, en Alemania tenemos muchas abejas, la verdad. Y aquí en Heidelberg (que por si no lo hemos dicho es la capital alemana de la defensa del medio ambiente) más. Porque las criamos. Tenemos "bee farms" (que en inglés es abejeros, avisperos o cosas-que-hay-que-evitar). Convivimos con ellas, son limpias e inofensivas (casi), forman parte de nuestra ideosincracia y nos hace ser más guays. (Quizá he metido algo de paja, pero la cosa fue más o menos eso). 

Yo me callé, pero le podría haber respondido: 

-Sí, mein fröilan, lo que usted diga. Nosotros en Mijas tenemos burritos. Y son muy cuquis, muy molones, nos da una imagen superbuena, son icono allende sus fronteras y tienen mucha indiosingacia de esa... pero si uno de ellos intenta bucear en su cerveza.... igual le jodería un poco, ¿nein?

En fin, que es la única pega. Habrá quien diga "oye, pues no te sientes en las terrazas, que pa eso están los interiores". Pobrecito. Se nota que no es fumador. Como eres fumador pues... te quedas en la terraza sí o sí, y hasta eres capaz de fumarte una avispa, si se te pone en tus santos "totus tuus". 

Pero oiga... ¿le hemos dicho ya que este es uno de los mejores sitios del mundo, o el mejor? Que hasta esa pequeña pega se convierte en una ventaja, amigos y amigas, seguidores de lo oculto. Porque, como verán en el video que les ponemos a continuación (que pertenece al día de ayer, ya que el de hoy nos da error -a lo mejor el archivo está dañado o algo así-), en Alemania sí que son europeos. Y no como los españolitos, que queremos ser más papistas que el jodío Papa y hacemos las cosas como la parte donde la espalda pierde su santo nombre y le amargan a la Mërkel los pepinos. Sí, como el culo. 

Vean, vean... y díganme si soy exagerado cuando digo que me voy a venir a vivir a Heidelberg al menos seis u ocho meses al año para escribir y pasarlo guachi. ¿Quién se muda de vecino?

Y, como dijimos que el de hoy iba a ser capítulo doble pero me da a mí que no vamos a poder enseñaros la segunda parte, os dejamos un soneto de aquí el Irra, escrito hoy mismo en un pub muy molón de Heidelberg: 

EUROPA EXISTE

Alemania, tan roja y tan amarilla
Noche teñida de negra memoria
Donde el último tren llegó a la orilla
De un Rhin engarzado de brisa y gloria

¡Qué bavaridad, Bavaria, resiste!
¡Qué par de teutonas torres Tavira!
¡Qué juego de luces!¡Europa existe
Sin Rajoys ni Zetapés ni Roviras!

La piel de toro juega al Monopoly
Con Mërkel, los pepinos y el e-coli
Haciéndose pasar por europeos

Queriendo ser más papistas que el Papa
En la Germania un grito se me escapa:
España: ¡tu Moncloa huele a peo!

0 comentarios:

Publicar un comentario